viernes, 26 de marzo de 2021

Asimilada


Rachel Khan

La pesadilla de los antirracistas y la enemiga del woke. Una "asimilada" y a mucha honra.

Aquí en V.A. & V.O.



Y aquí en traducción exprés.


"Rachel Khan, la pesadilla antirracista de los descolonialistas"


Escritora, directora de una asociación dedicada al hip-hop, ex atleta, jurista: Rachel Khan multiplica sus facetas. Destaca por su fuerte oposición a la doctrina victimista defendida por los activistas descolonialistas. Como su último libro, "Racée" [De raza]. Una lucha iconoclasta que le ha valido ataques hasta desde su propia asociación. Retrato.


Por Alexandre Bertolini

Publicado el 26 de marzo de 2021 

"Me molestaba que se señalara tanto al macho blanco; me dije que yo tenía el envoltorio adecuado para decir cosas que son nuestros valores fundamentales", declaró Rachel Khan en el programa de Zemmour y Naulleau en la televisión Paris Première el miércoles 24 de marzo. Nacida de padre gambiano y madre francesa de origen judío polaco, esta cuarentona comprometida con la lucha contra el racismo y la discriminación lo tenía todo para convertirse en un icono interseccional. Pero a la mujer que creció en Touraine no le gusta que la encasillen, sobre todo en cuanto a sus orígenes.

En una entrevista concedida a Le Figaro el 12 de marzo, dijo que se sentía "lo contrario de una víctima": "Considero que tengo mucha suerte, pero este tipo de postura no genera ruido. Probablemente habría tenido una carrera más mediática si hubiera elegido ser una 'emprendedora de la victimización'. Como mujer, judía, nieta de deportada, negra y demás... cubro muchas casillas para poder indignarme por mi/mis condición/es. "

Múltiples pasiones

Pero Rachel Khan ha elegido un camino totalmente diferente. Guiada por el gusto de sus padres hacia el conocimiento y hacia Francia, su madre es librera y su padre fue profesor de francés. Durante su juventud, le fascinaban el teatro, la danza, la música y la literatura y practicaba la danza clásica. Después se dedicó al atletismo, que practicó a un alto nivel durante su adolescencia, en velocidad y triple salto, e incluso llegó a ser campeona de Francia de 4×100 metros en 1995. Al mismo tiempo, cultivó sus pasiones artísticas, sobre todo al unirse a un grupo de hip-hop.

Posteriormente, Rachel Khan estudió en la Universidad Panthéon-Assas, donde obtuvo una licenciatura en Derechos Humanos y Derecho Humanitario y un DEA (posgrado) en Derecho Internacional. De 2009 a 2015, fue consejera cultural en el gabinete de Jean-Paul Huchon (Partido Socialista) en el Consejo Regional de Île-de-France. Dice que pertenece a "una izquierda socialdemócrata" y que votó a Emmanuel Macron en las dos vueltas de las elecciones presidenciales de 2017. Hiperactiva, se convirtió en actriz y consiguió papeles en el cine y el teatro.

En 2018, participó en un manifiesto de 16 actrices negras o mestizas "Ser negra no es mi oficio", que abogaba por una mejor representación de la diversidad en las pantallas. Fue ella, en el texto, quien utilizó la expresión. Desde entonces, se ha distanciado de las posiciones radicales del movimiento antirracista en el cine, especialmente encarnadas por Aïssa Maïga, iniciadora del manifiesto: "Creo que las cuotas rompen la verdadera meritocracia [...] es como decir a los 'racializados' que no hagan nada y que el éxito les  llegará porque sí, que ya tienen su papel gracias a su color de piel", se indignaba en Le Figaro.

Racée, un libro contra las denuncias de las víctimas

Para dejar las cosas claras, Rachel Khan acaba de publicar un libro, Racée (Editions de l'Observatoire), el 10 de marzo. También firmó un artículo con la ensayista Caroline Fourest y la actriz Isabelle Adjani en la revista Elle el 18 de marzo, en el que advertía en contra de "una nueva forma de censura" en el cine. Las tres mujeres defienden su visión universalista del cine y manifiestan su negativa a dejar el Séptimo Arte en manos de los comunitaristas.

En Racée, Rachel Khan arremete con dureza contra el sinsentido antirracista imperante. Se preocupa por las futuras generaciones: "Tenemos hijos, no podemos dejarles la idea de que en la vida hay que ser una víctima. Imagínese a un niño de 4 años: 'Hola, me llamo Charlie, tengo 4 años, soy una persona racializada'", dijo en Le Figaro. Una entrevista en que no dudó en atacar a las celebrities de las minorías que denuncian con mucha alharaca el racismo de la sociedad francesa: "Camélia Jordana debería explicarnos cómo ha conseguido hacer una carrera tan exitosa si Francia está realmente tan plagada de racismo sistémico...¿no?". Lo mismo ocurre con la cantante Yseult [...] Si ganó un premio "Victoire", ¿entonces acaso fueron personas racistas las que se lo dieron? No estamos en Soweto, sino en Francia...".

Su libro llama a rechazar los repliegues identitarios mezclados con discursos de victimismo y defiende la necesidad de librar una lucha antirracista, laica y universalista, lejos de las batallas del nuevo antirracismo. "Los comunitaristas han comprendido que la noción de minorías es un trampolín. Para ellos, la única cuestión es cómo mantener una línea de demarcación en este mundo de mezclas que les permita alimentar sus pretensiones de ser víctimas", escribe en el libro. La jurista denuncia a los representantes comunitarios que hablan en nombre de las minorías. "En nuestro sistema democrático, nunca he votado a Rokhaya Diallo para que me represente", afirma Rachel Khan en su entrevista a Le Figaro.

Una batalla de palabras

Si eligió la palabra "racée" [de raza] para el título de su libro, es para burlarse del término "racisé" [racializado], repetido hasta la saciedad por los supuestos antirracistas, que, según ella, asignan a los individuos un estatuto de dominado y les da derecho a la victimización. En realidad, su libro trata sobre todo de palabras. En él, lanza una mirada crítica a las nociones y expresiones del vocabulario "políticamente correcto" y descolonizador.

En mi visión de la creolización, es la relación con el otro lo que hace su identidad

El término "souchien", [neologismo a partir de "souche", raíz, origen: originista?¿] significa un francés en boca de Houria Bouteldja (expresidenta del Partido de los Pueblos Indígenas de la República)", la "diversidad", un grupo al que "ellos" decidieron que ella pertenecía, "sin avisarme", escribe. Está claro que no le convence el procedimiento de etiquetar a las personas según su origen... También fustiga a expresiones como "vivre-ensemble" [el vivir juntos], "mixité" [mixidad] y "non-mixité" [no mixidad], que destruyen el lenguaje so capa de una "benevolencia inclusiva". Como explicó en el programa de Zemmour y Naulleau, ella prefiere defender las palabras "creolización" y "firma": "En mi visión de la creolización, es la relación con el otro lo que hace tu identidad, y la firma es lo estrictamente opuesto a la identidad y la asignación".

Atacada dentro de su propia asociación

Posiciones todas ellas valientes que no le facilitan la vida, y le granjean, como es lógico, su cuota de ataques. La entrevista concedida a Le Figaro ha despertado la ira de algunos administradores de la asociación dedicada al hip-hop "La Place", que ella dirige, con el apoyo del Ayuntamiento de París. Estos últimos, sin decirle realmente de qué la acusaban, se desmarcaron de sus declaraciones y explicaron en un comunicado de prensa que "los comentarios que actualmente hace la señorita Rachel Khan en los medios de comunicación en el marco de la promoción de su libro le son propios y no reflejan en absoluto las opiniones de los miembros del consejo de administración de La Place-Centre Culturel Hip-Hop de la Ville de Paris."

Pero podemos adivinar fácilmente sus motivaciones. "Hay un ambiente de culpabilización, de victimización y de oposición al Estado y a su modelo republicano en algunos grupos", se lamentó Rachel Khan en Le Point el 4 de febrero. Desde que empezó la polémica, la ex atleta recibe ataques racistas como ser tachada de "Bounty" [negro por fuera blanco por fuera] o de "la negra de la casa" en las redes sociales, en particular. "Tengo la impresión de que me atacan más los racistas que se autodenominan "racializados" que los demás", declaró a Le Figaro. Denuncia "el disfrute de humillar al otro en las redes sociales" y los 'insultos'."

Partidaria de la asimilación

Rachel Khan es una víctima más de la dictadura de lo políticamente correcto, que lleva al ostracismo a personalidades consideradas "problemáticas" por blasfemar contra la doxa progresista. Es la famosa "cultura de la cancelación", importada de Estados Unidos, a la que Rachel Khan se opone. El 27 de febrero, en la cadena LCI, denunció la situación en las universidades: "La verdadera preocupación en la universidad, que se esconde detrás del islamismo, es  la cultura de la cancelación. La novlengua, el feminismo interseccional, las personas racializadas que tienen más derecho a hablar que los profesores designados-como-hombres-blancos a la hora de dar cursos sobre la colonización. El problema es esta bienpensancia, el pensamiento único prepotente. "

Frente a Zemmour y Naulleau, en Paris Première, recordó también el contexto de "liberación de la palabra" y animó a "subrayar la dominación woke" en un mundo obsesionado por las relaciones de poder. Definitivamente, lejos de adherirse al movimiento "woke", que agrupa a activistas extremistas obsesionados con la protección de las minorías, Rachel Khan rechaza el modelo multicultural, en nombre de la identidad francesa, como explicó a Le Figaro: "Sería realmente perder nuestro patrimonio, nuestra elegancia, así como un poder singular en nuestra forma de resistir en aras de la igualdad y la justicia. "

La asimilación permite trascenderse a uno mismo

Rachel Khan defiende la asimilación, un proceso por el que pasaron sus padres y que le transmitieron a ella. "Mi padre llegó a Francia a finales de los años sesenta. No era su país de origen y, sin embargo, me transmitió ese amor por la herencia francesa. Nací en Touraine, en la región de Descartes, Rabelais y Balzac. Eso es lo que me dio algunas claves muy valiosas en la vida. Hoy me doy cuenta de lo importante que fue y de hasta qué punto esta transmisión de Francia por parte de mi padre fue un acto de amor", explicó, agradecida, a Le Figaro.

"La asimilación nos permite trascendernos a nosotros mismos. Incluso más allá de la cuestión de la integración, el término 'asimilar' significa adquirir. La asimilación cultural no pretende privar al otro de sus raíces, sino, por el contrario, permitirle adquirir un complemento con el que poder alimentarse", concluyó. La actual presidenta de la comisión de deportes y juventud de la Licra (Liga contra el racismo y el antisemitismo) no rechaza la expresión de Romain Gary, un autor que la inspira: "No tengo una gota de sangre francesa, pero Francia corre por mis venas". 

Y todo ello en contraste con una época que empuja a los hijos de los inmigrantes en brazos de los racialistas.


Fin



martes, 23 de marzo de 2021

Ejemplar decisión


(c) Bill Leak en Weekend Australian Magazine


[-"¡Ya te dije que esto [el Corán] necesita una secuela...!" - Me parece bien, pero no puedo regresar bajo forma humana para escribirla, ¿no? ¡Crucificarían a un hombre...!]



El editorial de Charlie Hebdo de Driss en torno a la sentencia sobre las caricaturas del Profeta, recordatorio.

Aquí en V.O.


Aquí una traducción exprés:

¿Se nos permite caricaturizar el vacío?

RISS

¿Deben mostrarse a los estudiantes las caricaturas más crudas de Charlie Hebdo, especialmente las que se burlan de la religión? En su último ensayo, François Héran, profesor del Collège de France, nos explica su concepción de la libertad de expresión (Lettre aux professeurs sur la liberté d'expression, publicada por La Découverte). Una más. Y es que, desde que Charlie Hebdo publicara las famosas caricaturas de Mahoma en 2006, y de nuevo en septiembre de 2020, con motivo del juicio por los atentados de enero de 2015, han surgido innumerables teorías de todo tipo sobre la libertad de expresión y el laicismo. Este es otro intento más de reorientar el debate hacia la responsabilidad del que se expresa y no del que le dispara. Para ello, el autor recuerda las diferencias, antes de enero de 2015, entre algunos dibujantes y los de Charlie Hebdo, en cuanto a la pertinencia de reproducir estos dibujos, esperando poder demostrar  así la fragilidad de su legitimidad. A continuación, se nos ofrece el tradicional repaso a los principales principios de la libertad de expresión definidos por la Declaración de los Derechos del Hombre de 1789, así como su interpretación por parte de las mentes más brillantes.

Gracias. Todo eso ya lo sabíamos. Así como la decisión judicial que absolvió a Charlie Hebdo en 2006 en el juicio de las caricaturas de Mahoma, dictada por un tribunal que, según la interpretación de François Héran, "refutaba así la tesis de que se podía insultar a las creencias a voluntad sin insultar a los creyentes". Esta conclusión es un poco precipitada, ya que no refleja exactamente el razonamiento del tribunal. En lugar de hacer de exégetas, releamos algunas líneas de esta decisión ejemplar:

"Considerando que en Francia, sociedad laica y pluralista, el respeto a todas las creencias va unido a la libertad de criticar las religiones, sean cuales sean, y a la libertad de representar a los sujetos u objetos de veneración religiosa; que la blasfemia, que ofende a la deidad o a la religión, no está castigada, a diferencia de la injuria, siempre que constituya un ataque personal y directo dirigido contra una persona o un grupo de personas en virtud de su pertenencia religiosa... [...]

De estas consideraciones se desprende que la libertad de expresión puede verse restringida si se manifiesta de manera gratuitamente ofensiva hacia los demás, sin contribuir a ninguna forma de debate público capaz de promover el progreso en los asuntos humanos."

El tribunal afirma pues el derecho a criticar los dogmas religiosos, los textos religiosos, los rituales religiosos, pero no el derecho a burlarse de las personas que se adhieren a ellos. Un matiz sutil, que Charlie respetó cuando publicó la famosa caricatura del Profeta con una bomba en el turbante, manteniéndose en el marco del "debate público capaz de promover el progreso en los asuntos humanos". La demostración del tribunal con respecto a este dibujo es muy clara:

"Así pues, a pesar del carácter chocante, incluso hiriente, de esta caricatura para la sensibilidad de los musulmanes, el contexto y las circunstancias de su publicación en la revista Charlie Hebdo parecen excluir toda voluntad deliberada de ofender directa y gratuitamente a todos los musulmanes, [...] y que, por lo tanto, no se han sobrepasado los límites admisibles de la libertad de expresión, ya que el dibujo litigioso se inscribe en el debate público de interés general que se ha suscitado en relación con los excesos de los musulmanes que cometen actos delictivos y que reivindican el ser de esa religión y pretenden que ésta pueda regir la esfera política."

Esto es lo que los profesores de Francia deberían explicar a sus alumnos. Es claro, equilibrado y justo. Lejos de las interpretaciones muy personales de François Héran, que parece querer repetir la partida y oscurecer así lo que ha quedado claramente demostrado de una vez por todas. Pero más allá de la cuestión de las caricaturas y de la libertad de expresión, François Héran parece querer ocultar -y no es el único- un derecho crucial que esta decisión judicial ha reafirmado. Un derecho tan obvio que acabamos olvidando que existe: el derecho a cuestionar a Dios. ¿No es éste el derecho que los profesores deberían explicar primero a sus alumnos?

Porque son pocos en el mundo intelectual los que se atreven a cuestionar la validez de esa extraña cosa llamada "Dios". No es sólo el rechazo a vivir en una teocracia lo que motiva al caricaturista satírico cuando dibuja sobre la religión; es sobre todo su necesidad de cuestionar la idea misma de Dios. La vitalidad de las religiones en todo el mundo no muestra nada concluyente, salvo el deseo de los fieles de creer en Él. Y eso es todo. Incluso en las religiones menos proselitistas, Dios seguirá siendo siempre una hipótesis cuya demostración nunca será muy convincente. Y si los muchos creyentes de la tierra no sienten este vacío tanto como nosotros, nunca hemos pedido que se les impida practicar en los lugares de culto dedicados a ese fin o en su vida privada, donde nadie irá a molestarlos.

Hacemos dibujos satíricos sobre las religiones porque no creemos en Dios. NO CREEMOS EN DIOS. ¿Cómo se lo podemos decir mejor? No es por falta de escuchar a sacerdotes, imanes, rabinos y teólogos. Ninguno de ellos ha conseguido convencernos de sus tesis. Los textos más antiguos y los innumerables sermones que se dan por el mundo no sólo tienen el defecto de parecer mandamientos, sino sobre todo  tienen  la debilidad de ser inconsistentes. Por eso caricaturizamos a Mahoma, Jesús o Buda. Dibujamos el vacío que nos inspiran.

Dibujamos sobre las religiones, en lo que afirman, en lo que dicen sus profetas, porque queremos expresar nuestra profunda y sincera convicción de que lo espiritual no se basa en nada. Esta convicción de que Dios está ausente debe ser respetada tanto como las demás, y debe poder expresarse libremente, a riesgo de escandalizar a quienes no la comparten. Esto es lo que el tribunal dijo muy claramente en su sentencia (2007) sobre las caricaturas.

La violencia de los islamistas, y de otros místicos, es un intento radical y postrero -cuando todos los demás han fracasado- de convencernos mediante el terror de que Dios existe. Porque si los creyentes exaltados llegan a matar, no es por desesperación, como creen François Héran y otros teóricos de la violencia religiosa: es porque debe haber "algo" por encima de nosotros que impulsa a cometer estos crímenes. Si mato en nombre de Dios, es una prueba de que Dios existe, pues sin él nunca habría cometido tal acto. Cuanta más vidas quito en su nombre, más vivo se vuelve Dios. Es una paradoja vertiginosa que debería indignar a los pensadores de nuestro tiempo, pero en cambio estos pierden el tiempo buscando los tres pies al gato a un puñado de dibujantes. Preferiríamos nosotros que los profesores del Collège de France y de otros lugares estudien un poco más los fenómenos irracionales generados por Dios, que son la causa de muchos más disgustos para la comunidad que unas cuantas caricaturas.

"¿Puede pedirse un poco de espacio para la libertad de creencia sin caer en la teocracia? " El titular de Le Point  para anunciar una entrevista con François Héran, que considera necesario "recordar que la libertad de expresión no puede engullir a la libertad de creencia". Esto es francamente risible cuando se sabe que hay 5.800 millones de creyentes en el mundo. ¿Qué espacio de libertad les falta a estos 5.800 millones de creyentes para que ya no se sientan "ofendidos"? Cuando haya 5.800 millones de dibujantes satíricos en el mundo que caricaturicen a Jesús o a Mahoma, volveremos a hablar de ello.

Lo que los profesores de secundaria deberían enseñar a sus alumnos, a menudo confundidos por los debates que les sobrepasan, no son las teorías erróneas de François Héran, sino simplemente cómo ser libres. Libres de creer, pero también libres de no creer. Libres de pensar que Dios puede no existir. Libres de pensar que la religión por sí sola puede no construir toda una vida. Apostar por la existencia de Dios, como hizo Pascal en su momento, se ha convertido hoy en un juego demasiado peligroso. Apostar toda nuestra sociedad a Dios es un juego que ya no tiene la menor gracia. 

RISS

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Amén.

sábado, 20 de marzo de 2021

HBH



Un manual en dos pasos.


Aquí en V.O

Manual de expiación de la culpa para hombres blancos heterosexuales (HBH)


Siguiendo las corrientes progresistas más recientes, este manual pretende liberar a los HBH de la culpa, los traumas y las neurosis, y ayudarles a encontrar la felicidad plena.

por João Cerqueira

Primer paso

¡Asume tu culpa! Asume que perteneces a una mayoría que desde el Cromañón ha tiranizado a las mujeres, a las personas LGBT, a los defensores del clima y de los animales, y a otras "razas", incluso ha exterminado a los pobres Neandertales. Puedes intentar argumentar que naciste en el siglo XX, que nunca esclavizaste a nadie, que siempre trataste bien a las mujeres, a las personas LGBT y a los animales, que plantaste un árbol, que no comes carne y amas el tofu y reciclas tu basura, que incluso corriste una maratón por una causa benéfica. Y yo te contesto que Hitler era vegetariano, Stalin estudió para ser sacerdote y Martha Goebels era hija de un judío... y luego se vio lo que se vio. Ojo, los HBH, y algunas mujeres blancas, son maestros del disfraz. Por otro lado, si los propios HBH sostienen que es absurdo borrar la historia reivindicando con orgullo la epopeya de los Descubrimientos, entonces, para ser coherentes, deben asumir también la herencia de la violencia contra los pueblos colonizados.

Así que no te hagas el listo: date por culpable y pide perdón. Y si quieres inspirarte en uno de los raros episodios dignos de la historia, haz como Egas Moniz: ponte una soga al cuello.


Segundo paso

¡Avergüénzate de que te gusten las mujeres! Bueno, de que sólo le gusten las mujeres. Si estás convencido de que sólo te atrae el sexo femenino, siento decirte que te han engañado (tus padres). Como ha demostrado la ciencia, la identidad sexual es una construcción social y familiar. En otras palabras, los niños son educados para que les gusten las niñas y viceversa. Afortunadamente, algunos hombres y mujeres, heroicamente, se resisten a esa imposición. Así que, querido, ha llegado el momento de descubrir tu verdadera identidad sexual, que personas bienintencionadas pero ignorantes te han robado. No estoy diciendo que debas convertirte en gay. Más bien, debes abrir tu mente (y tu cuerpo) a nuevas experiencias. Además de tener sexo con mujeres, deberías, al menos una vez, intentar acostarte con alguien de tu mismo sexo. No cuesta nada, o sólo la primera vez, y la segunda, según dicen. Y si la idea no te seduce, o incluso te hace vomitar, piensa en la belleza de las estatuas de la Antigua Grecia, el David de Miguel Ángel o incluso el Desterrado de Soares dos Reis. ¿Quién podría resistirse a esos cuerpos?

Pero, si realmente quieres liberarte de esa educación patriarcal, homofóbica y racista, entonces da el paso definitivo hacia tu liberación sexual. Adora a los animales. Pero ve más allá que San Antonio, el patrón de los animales, y no te limite a dar sermones a los peces. Con su consentimiento, extiende tu afecto al reino animal teniendo sexo con tu Pitbull, tu gato siamés o, para los que les gusta la adrenalina y están asegurados contra todo riesgo,  con uno de esos burros de Trás-os-Montes que están en riesgo de extinción. Desata la bestia que hay en ti. Ruge, cocea, escarba. Y, para crear un ambiente romántico, enciende unas velas y pon Walk on the Wild Side de Lou Reed.

Último paso, sólo para los que han logrado los dos primeros.

Estimado, ¡felicidades! ¡Lo has conseguido! En este momento ya no eres un miserable HBH, un pobre diablo al que sólo le gustaban las mujeres, un analfabeto sexual. Ahora eres un ser humano pleno, feliz y holístico que ha purgado las toxinas culturales que te hicieron tanto daño. El mundo es ahora un lugar mejor y renace la esperanza en el futuro. Así que sal y difunde las buenas noticias. Hay que convertir, liberar y rescatar del sufrimiento a las almas blancas perdidas que no han encontrado su camino de Damasco.

Por mi parte, te envidio, pero desgraciadamente no puedo ayudarte. Porque, por mucho que lo intente, no puedo dar ni el primer paso, y mucho menos el resto.

 João Cerqueira

viernes, 5 de marzo de 2021

Sin apoyo de Macron



                                                                                                         Didier Lemaire


Didier Lemaire en la tele BFM TV afirma sentirse una diana humana. Macron no ha expresado aún su apoyo al profesor de filosofía que ha alertado de la islamización de su instituto y de su ciudad.


Aquí en V.O. en Femme Actuelle


Aquí una tradu exprés.


"Este viernes 5 de marzo de 2021, Didier Lemaire, profesor de filosofía, ha sido el invitado de Bruce Toussaint para reaccionar a la polémica surgida tras sus declaraciones sobre la ciudad de Trappes, de la que dijo que estaba gangrenada por el islamismo radical.

"Soy un alertador", ha declarado Didier Lemaire a Bruce Toussaint en BFM TV este viernes 5 de marzo de 2021. Hace cuatro meses, en respuesta al asesinato de Samuel Paty, el profesor de filosofía publicó un artículo de opinión titulado "Carta abierta de un profe de Trappes": ¿Cómo superar la falta de estrategia estatal para derrotar al islamismo?, en las columnas de L'Obs, en la que hacía un balance pesimista de la ciudad de Trappes. Según él, el espacio público estaría ahora en manos de los islamistas y se habría ahuyentado de él a las peluquerías mixtas, las canciones nacionales en clase e incluso a las comunidades judías. Un testimonio a raíz del cual Didier Lemaire fue puesto bajo protección policial. Invitado en Le Live Toussaint, Didier Lemaire, desmentido formalmente por Ali Rabeh, alcalde de Trappes, negó ser un "fabulador".

"Mi vida se está poniendo difícil"

Desde la publicación de su columna el 1 de noviembre de 2020, Didier Lemaire ya no puede ir a su lugar de trabajo, el instituto de Plaine-de-Neauphle, ni salir de él sin una escolta policial que le lleve de vuelta a su casa, en Yvelines. Una amenaza que ha llevado al profesor a retirarse temporalmente de la docencia. Sin embargo, como explica en el plató de BFM TV, el profesor de filosofía no se siente tranquilo: "No veo cómo se puede garantizar mi seguridad en esta escuela. Ahora tengo una diana en la espalda, que me han clavado no sólo los islamistas, sino también los cargos electos. Mi vida se está poniendo difícil", se lamenta Didier Lemaire.

Acusado de tergiversar la realidad por Ali Rabeh, el alcalde de Trappes, el invitado de Bruce Toussaint ha querido defenderse públicamente: "He dicho la verdad. Puede que haya alguna inexactitud, pero no he añadido más leña al fuego. Incluso se podría ir más allá en la descripción de la ciudad. (...) Observo transformaciones en mis clases, mis alumnos no viven en el mismo mundo que el mío", dice. Preguntado por las diversas cartas de apoyo recibidas en su buzón, Didier Lemaire lamentó no haber recibido ninguna de Emmanuel Macron: "Francia vive en la negación. La República ya no protege a nuestros hijos", concluye."

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Aquí el editorial del Canard Enchainé en V.O. sobre el asunto.


En tradu exprés:

El separatismo es un tema que enfada

Tanto es así que la propia palabra, que ya había sido elegida para no enfadar a la gente hablando de comunitarismo, o arriesgarse a ser acusado de estigmatizar al islam diciendo "islamismo", ya no aparece en el título del anteproyecto de ley que lo concierne. Este texto, que la Asamblea acaba de examinar en primera lectura y que fue sometido a una votación solemne el martes (16 de febrero de 2021) ya no está en contra de los "separatismos", sino sólo de "reforzar los principios republicanos".

No obstante, debería haber enfadado. Pero apenas nadie se enfadó. Sin duda, y es una suerte, porque ninguna noticia terrorista vino a calentar el debate. Quizás también en parte porque los temas divisivos, como el uso del velo, que no se incluyen en el texto, se eliminaron rápidamente. Pero fue efectivamente la lucha contra el islamismo radical lo que constituyó el grueso del debate, aunque el texto debía dirigirse a todos los cultos que pudieran amenazar los "principios republicanos", y los diputados no se pelearon realmente sobre un tema tan explosivo. No fue en el hemiciclo donde estalló la histerización del debate y la polémica, sino en Trappes.

En esta ciudad de la región de Yvelines, que ha dado célebres cómicos (Jamel Debbouze y Omar Sy, entre otros), famosos futbolistas (Nicolas Anelka), pero también, entre 2014 y 2016, a otros 67 habitantes anónimos que se marcharon a la yihad,  Didier Lemaire, profesor de filosofía de un instituto de la ciudad, donde da clases desde hace 20 años, es quien ha cristalizado el debate. A raíz de una columna publicada en L'Obs en noviembre, dos semanas después de la decapitación de Samuel Paty delante de un instituto del mismo departamento, en la que se deploraba la islamización de Trappes y "la progresión de un dominio comunitario cada vez más fuerte sobre las conciencias y los cuerpos" en Trappes, dio lugar, a lo largo de la semana pasada, a un revuelo político-mediático cuyas proporciones lo superaron rápidamente.

El debate sobre el islamismo se insertó rápidamente en una polémica con el alcalde de Trappes, Ali Rabeh, cercano a Benoît Hamon, del que fue asistente parlamentario. Todo ello con un telón de fondo de amenazas en las redes sociales, lo que les valió a los dos protagonistas, primero el profesor y luego el alcalde, protección policial. Con el telón de fondo de la campaña electoral. En Trappes, el tribunal administrativo anuló las elecciones municipales a principios de febrero, tras el recurso  de Othman Nasrou (competidor por la alcaldía que quedó a 162 votos de su rival), próximo a Valérie Pécresse [presidenta del Consejo Regional de Île-de-France]. El actual alcalde también se enfrenta a un año de inhabilitación como cargo electo por un problema con las cuentas de su campaña, sentencia que ha recurrido. De ahí una lucha sin cuartel y, por  un lado, la instrumentalización por parte del clan Pécresse de la tribuna y de su autor y, por otro, el apoyo al alcalde por parte de la izquierda, incluido el ecologista Yannick Jadot, mientras el RN se sumaba y Blanquer, el ministro de Educación, se mofaba del alcalde por haber repartido folletos delante y dentro del colegio...

En esta fase el separatismo consiste casi en separar a los beligerantes...

Sin embargo, si estas polémicas electorales locales y su cadena de acontecimientos se han convertido rápidamente en un asunto nacional, es obviamente porque el separatismo sigue siendo un tema molesto que va más allá de las divisiones políticas tradicionales. No sólo en Trappes o en otras ciudades de Yvelines más afectadas, sino también en otros lugares del país.

Un tema que, desde las municipales hasta las regionales y, por supuesto, pasando por las presidenciales, incluso con una Marine Le Pen "ligeramente blandengue", va a enfadar mucho de ahora en adelante. 

¡Un tema que una ley, aunque se apruebe, puede tener dificultades en atrapar!"

Editorial de Erik Emptaz - Le Canard Enchaîné - 17/02/2021


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Y aquí la opinión de Bernard-Henri Lévy, en El Español.


jueves, 4 de marzo de 2021

Cuecen fabes

En todas partes cuecen fabes o faves nacionalistas...


                    Distancia social [Sturgeon y Salmond]


Aquí la tribuna de Allister Heath en V.O. (24/02/21) en favor de la unidad del Reino Unido.


Y aquí una traducción exprés. 


El inútil y autoritario SNP está convirtiendo a Escocia en un Estado fallido

Ni siquiera la última farsa vergonzosa en Edimburgo puede detener la marcha de los nacionalistas escoceses


¿Se ha acabado todo? ¿Es la independencia de Escocia ahora simplemente cuestión de tiempo, son las pasiones demasiado intensas, los odios demasiado profundos, la mala sangre inexpugnable? ¿Será el mayor legado de Boris Johnson la disolución de la unión política más exitosa de la historia moderna, en lugar del triunfo del Brexit y la recuperación de la Covid?

Espero que no. A pesar de las indefendibles subvenciones, de la propaganda antiinglesa, del atrincherado bloque de votos de izquierda en Westminster, sigo siendo -solo- unionista, por razones personales, emocionales, filosóficas y estratégicas. Amo al Reino Unido, una construcción hermosa y viva, que en muchos sentidos es un faro para el mundo desde 1707.

Temo las consecuencias para Escocia de la absorción a una UE en declive, y para Inglaterra de una frontera terrestre, monetaria y reglamentaria tensa y problemática con Europa. El fin de las Fuerzas Armadas británicas sería la mayor tragedia de nuestro tiempo, un acto de vandalismo imperdonable. Lloraría  yo el impacto de la secesión escocesa en Gales e Irlanda del Norte, en la monarquía y en aquellos ciudadanos, a menudo de origen inmigrante, que se sienten más cómodos describiéndose como británicos que como ingleses.

La Ilustración fue conceptualizada por brillantes escoceses como Adam Smith, David Hume y Adam Ferguson, pero en las últimas décadas muchas de sus ideas volvieron a inspirar a Inglaterra, especialmente durante los años de Thatcher. Aunque Escocia sea hoy socialista, sus filósofos del siglo XVIII estaban describiendo en muchos aspectos la evolución de la economía política británica, incluida la aparición de la Revolución Industrial, como da a entender Alan McFarlane en su Origins of English Individualism.

Pero el espectáculo horroroso de las últimas semanas en Holyrood [Parlamento escocés] me llena de malos presentimientos. Independientemente de lo atrozmente que se comporte el SNP, o de lo inútil que sea gobernando, sigue siendo, con diferencia, el partido más popular de Escocia, en trance de ganar las elecciones regionales en mayo, y, encuesta tras encuesta, registrando mayorías a favor de la independencia.

Permítame recordarle, querido lector, la demencial saga que envuelve a Edimburgo, y que pone de manifiesto no sólo un establishment nacionalista en guerra abierta, sino también un parlamento que ha perdido el control, un acuerdo constitucional en crisis y una república bananera en ciernes.

En una serie de acusaciones explosivas que siguieron a una investigación chapucera del gobierno escocés sobre las acusaciones de abusos sexuales contra él, Alex Salmond, el exministro principal, alegó que hubo "un esfuerzo deliberado, prolongado, malicioso y concertado de una serie de individuos dentro del gobierno escocés y del SNP para dañar mi reputación, incluso hasta el punto de hacerme encarcelar".

Imagínese que esta última acusación se hubiera hecho en Inglaterra, con un exprimer ministro acusando al gobierno entrante en términos tan peregrinos: la noticia habría dado la vuelta al mundo, independientemente de que las afirmaciones resultasen ser ciertas o no. Entre las personas que Salmond nombró en sus declaraciones en la investigación del Parlamento escocés se encontraban el marido de Nicola Sturgeon y su jefe de gabinete. También afirmó que Sturgeon había engañado al Parlamento y violado el código ministerial. Ella y los otros niegan tales alegaciones.

Pero la cosa es aun peor: el SNP impidió repetidamente que Salmond publicara sus afirmaciones, impidiendo así que fueran valoradas libremente. The Spectator emprendió acciones legales para forzar la publicación, y un juez se puso de parte de la revista. Tras una serie de absurdos tejemanejes, la alegación se publicó, pero el Parlamento escocés volvió a dar un giro de 180 grados al caso y optó por reformular las afirmaciones de Salmond* después de que la Fiscalía escocesa mencionara "graves preocupaciones" por el hecho de que parte del material pudiera constituir una falta de desacato al tribunal.

Este episodio fue tan extraño como siniestro: ¿desde cuándo los fiscales hacen este tipo de advertencias informales? En Inglaterra, el equivalente habría sido que la Fiscalía de la Corona intentara bloquear la publicación de un documento, y los Comunes, sorprendentemente, estuvieran de acuerdo con ello. ¿Desde cuándo la Fiscalía derrota al Parlamento en Gran Bretaña? ¿Dónde está la división de poderes? ¿Dónde está la rendición de cuentas? ¿Dónde los abogados especializados en derechos humanos?

Esto es una farsa vergonzosa, y debería preocupar a todos los ciudadanos británicos: aquí está una parte integral del Reino Unido, cuna del Estado de Derecho y de la democracia, sumida en un dudoso embrollo jurídico-político del tipo que en general solo se ve en los estados fallidos y en los regímenes autoritarios.

Sin embargo, nada de esto parece contar. Sí, puede que las estimaciones del apoyo al SNP acaben cayendo un poco, pero nadie cree que su posición esté realmente en peligro. La Escocia de hoy es un clásico "burgo podrido": no importa lo abominable que sea el comportamiento del SNP: siempre gana. El partido no puede perder ni siquiera cuando, como ahora, se esfuerza con denuedo en hacerlo. Trágicamente, Escocia se ha convertido en un lugar con gente de un solo partido.

La razón es cultural: el SNP simboliza el nacionalismo, y eso importa más que las divisiones de izquierda o derecha, las competencias o la honestidad. Aunque Escocia no lo ha hecho tan bien como afirman sus partidarios, el mero hecho de que el SNP estuviera a cargo de su propia política frente al Covid ha impulsado la causa independentista.

El defectuoso acuerdo de transferencia de competencias a Escocia de Tony Blair fue el pecado original. El Parlamento escocés se encargaría de gastar dinero, pero no de recaudarlo. Inglaterra seguiría financiando a Escocia. El resultado fue un poder sin responsabilidad, asistencialismo y, finalmente, la desaparición del antiguo establishment laborista escocés y su sustitución por un SNP radicalizado y demagógico sin interés por los hechos, la razón o la verdad.

Los conservadores de Westminster no pueden limitarse a mirar hacia otro lado, aterrorizados de que cualquier intervención de Londres no haga sino echar más leña al fuego nacionalista o ayude a los laboristas. Se trata del interés nacional: Escocia necesita mejores opciones políticas, incluso si esto significa más diputados laboristas (además de tories); y la Unión necesita ser salvada. Los unionistas, tanto laboristas como tories, deben dejar de lado su absurdo tribalismo y cooperar entre sí; lo mismo ocurre con los partidarios del Brexit y de la permanencia. Hay que crear un partido tory escocés totalmente independiente.

Los conservadores deben encontrar por fin a la gente y el discurso para poder luchar contra los secesionistas. Todos debemos esperar que esto funcione, ya que la propia integridad de la democracia británica está ahora mismo en juego.

Allister Heath"



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Alex Salmond fue absuelto de todos los delitos de carácter sexual en marzo de 2020.