martes, 12 de abril de 2022

Referendaria popular





Marine Le Pen se está batiendo el cobre para disputarle la presidencia a Macron, sobre la base, principalmente, de una de sus medidas estrella: el Referéndum de Iniciativa Ciudadana (medio millón de firmas) en cualquier materia (edad de jubilación, salida de la UE, leyes de inmigración, pena de muerte, etc.) siempre que no se afecte a las cuestiones de la seguridad nacional (conflictos bélicos, terrorismo, seguridad energética, desarme...), en cuyo caso el Parlamento debería apoyar la consulta; o para modificar la Constitución (podría ciertamente hacerse vía un referéndum pero planteado por el Gobierno y el Parlamento, éste con una mayoría de 3/5).

Otra de sus propuestas es la vuelta al sistema proporcional en 2/3 partes y al Septenato (pero esta vez no renovable).

No primacía de los dictámenes del Tribunal Constitucional y Consejo de Estado sobre las materias aptas para los referéndums.

Es, claramente, una democracia referendaria, una VI Républica, por lo que aboga Le Pen.

Aquí, su conferencia de prensa  "Mi concepción de la Democracia", in extenso, en la localidad Eure.


En cuanto a su "programa" europeo: 

- Reducción de mitad a la contribución financiera al presupuesto comunitario.

- No aplicación de la primacía del Derecho de la Unión.

- Vaciado de competencias de la Comisión Europea.

En definitiva, el final de la Unión Europea, reconvertida en un mero foro multilateral, para tratar cuestiones puntuales.



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Sarkozy macronista




Ante una segunda vuelta a cara o cruz entre Macron y Le Pen, (el prestigioso IFOP, en sondeo para la primera cadena francesa, TF1, da incluso un empate técnico: 51% Macron  a 49% Le Pen), el ex presidente Nicolas Sarkozy llama a votar por Emmanuel Macron, sin ambigüedades, a diferencia de otros barones de su (ex) partido.

Aquí, en V.O.

"El pueblo francés ha expresado su elección clasificando para la Segunda Vuelta al presidente Emmanuel Macron y a la candidata de la Rassemblement National Marine Le Pen. La importancia de las decisiones que se avecinan me obliga a dejar mi reserva para indicar con toda claridad cuál será mi voto.

Votaré a Emmanuel Macron porque creo que tiene la experiencia necesaria para afrontar una grave crisis internacional más compleja que nunca, porque su proyecto económico pone el valor del trabajo en el centro de todas sus prioridades, porque su compromiso europeo es claro y sin ambigüedades.

Se avecina una nueva era. Requerirá de cambios profundos. Tendremos que salir de nuestros hábitos y reflejos partidistas. El contexto internacional y la situación financiera son graves y requerirán decisiones difíciles y urgentes. Exigirán opciones que comprometan a Francia para los próximos cinco años. La lealtad a los valores de la derecha republicana y a nuestra cultura de gobierno debe llevarnos a responder al llamamiento de Emmanuel Macron a la unidad en las elecciones presidenciales. Tal y como están las cosas, es el único que está en condiciones de actuar. El interés de Francia debe ser nuestra única guía. Nunca nos equivocamos si elegimos la claridad y la constancia.

N.S."

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lunes, 4 de abril de 2022

Franceses insond(e)ables


El pasado otoño, el diario regional Ouest-France, de tendencia cristiana (el periódico más vendido en Francia y en toda la francofonía mundial, 200.000 ejemplares más que Le Monde) decidió no solo no encargar ningún sondeo para las presidenciales del domingo que viene: tampoco publica sondeos de otros medios e institutos, ni siquiera los comenta o analiza. Las razones, aparte de las tradicionales sobre los márgenes de error/intervalos de confianza y los fiascos históricos ( Jean-Marie Le Pen eliminó en 2002, contra toda demoscopia los sondeos, al primer ministro socialista Lionel Jospin en la primera vuelta), estriban en que por primera vez en Francia los trabajos serios se realizan a través de Internet (y no por teléfono), algo considerado poco fiable, al presumirse que muchos encuestados no responden sinceramente, por miedo a la trazabilidad de sus respuestas y, por tanto, mienten o contestan lo que consideran  políticamente correcto.

Si restamos los potenciales electores no o mal inscritos (15%), más el porcentaje de abstención prevista (30%), quedan un 55-60% de franceses en edad de votar, del los cuales un tercio no sabe todavía a quién votará.

Los sondeos más recientes acercan Le Pen a Macron.

Los no decididos y los sondeos, a pesar de, o, bien por las dudas que suscitan, permiten contemplar la plausibilidad de que aquella supere a Macron en la primera vuelta, y que, en la segunda vuelta, todo se resuelva en un pañuelo.

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