martes, 1 de febrero de 2022

La libertad es su cliente

Entrevista de Serge Bressan al abogado de Charlie Hebdo Richard Malka en torno a su libro-alegato por la libertad de expresión. Aquí en V.O.

Aquí una tradu exprés:

"A Dios no le debemos nada"

A sus 53 años, Richard Malka está considerado como uno de los mejores abogados de Francia. El 4 de diciembre de 2020, durante el "juicio de Charlie" ante el Tribunal especial de París, pronunció un alegato vibrante, brillante y definitivo. Un año después, este alegato se publica: Le droit d'emmerder Dieu [El derecho a ciscarse en Dios]. Un himno a la libertad. Un texto tan esencial como imprescindible.

Un año después... el autor se plantea  muchas preguntas, y lo reconoce a media voz. ¿Continuará? ¿Debería continuar? A sus 53 años, Richard Malka es uno de los abogados estrella de Francia; uno de los mejores, según muchos de sus colegas. Vuelve a las librerías con Le droit d'emmerder Dieu. No se trata de un texto al uso, ya que es, en su totalidad, el alegato que presentó el 4 de diciembre de 2020 ante el Tribunal especial de París, durante el "juicio Charlie" tras los atentados contra Charlie Hebdo y el Hyper Cacher en enero de 2015. Él representó a Charlie Hebdo como persona jurídica.

Un año después, el alegato sigue siendo de una infrecuente brillantez, de una evidencia absoluta. Las palabras golpean, vibran, calan hondo en el corazón del oyente, del lector... Como novelista (Tyrannie [Tiranía], 2018, y  Le voleur d'amour [El ladrón de amor], 2021) y guionista de cómics, Melka es conocido como especialista en asuntos de prensa y libertad de expresión.

En sus inicios, se codeó con otro gran abogado francés, Georges Kiejman, que hoy, en su libro de memorias L'homme qui voulait être aimé [El hombre que quería ser amado], lo describe como "talentoso y generoso". Su vida cotidiana está jalonada de principios de los que nunca piensa apartarse: la libertad de expresión, el laicismo... y también el derecho a la blasfemia. Este derecho, que resume en una frase impactante: "el derecho a ciscarse en Dios".

Entrevista.

¿Imaginó, siquiera por un momento, que no participaría en el "juicio a Charlie" que comenzó el 2 de septiembre de 2020 ante el Tribunal especial de la Audiencia de París?

Richard Malka. Para mí, era obvio. No podía no estar allí. Charlie Hebdo y yo llevamos treinta años juntos. Tenía 23 años en 1992, era un joven abogado y la gente que estaba relanzando Charlie me pidió que redactase los estatutos de la empresa... Por lo tanto, sí, no podía estar en otro sitio. Pero mi situación era muy extraña, este juicio al mismo tiempo era realmente el último lugar, el único lugar donde yo pudiera estar. Yo era el abogado, pero el amigo también de las personas que habían sido asesinadas. Había una distancia inusual para un abogado, y también una singularidad a los ojos de los demás... Era algo único, tenía la impresión de estar en el corazón del caso. Asumí esta posición, fue extraño...

¿Por qué?

Richard Malka. Es muy extraño estar ante un tribunal y defender ideas. Pero eso es lo único que me interesa. Encontrar la fuente, el origen del mal. Estos asesinos no salieron de la nada.

¿Recuerda el estado en el que se encontraba la mañana del 4 de diciembre de 2020, antes de salir de su casa para ir al tribunal?

Richard Malka. Casi me había rendido. Porque física y psicológicamente era duro. Y es que el día anterior había sufrido de una hernia discal. Me pusieron una infiltración, fui al tribunal con muletas. Hablé durante una hora y veinte minutos. En los minutos que siguieron, pensé que había sido bastante catastrófico, tuve la impresión de haber errado completamente el tiro. Pero fue el discurso más comentado que he pronunciado en mis treinta años de carrera... Recibí miles de mensajes, tuve la sensación de que mi misión se había cumplido, de que mi trabajo estaba bien hecho. Y, en las semanas siguientes, no tuve ningún "bajón post juicio"...

¿Escribió usted este alegato que acaba de ser publicado en forma de libro? Si es así, ¿cuánto tiempo tardó?

Richard Malka. Mis alegatos están todos escritos. Para éste, diría que me llevó treinta años, ¡es toda mi historia! Lo redacté durante el juicio, hubo diez versiones... Me aprendí el texto de memoria, quería que estuviera entre el discurso y el alegato. Yo era el defensor de la idea, de la libertad de expresión. Cuando informo ante un tribunal, cuento una historia. Pero también hay que ser lo más preciso posible. Para decir algo, pueden emplearse diez palabras, pero sólo hay una que provocará una reacción. Requiere mucho trabajo.

La palabra "libertad" aparece a menudo en su boca y en sus escritos...

Richard Malka. ...Es que, como abogado, la libertad es mi mejor cliente. Ha estado en el centro de todas mis batallas durante treinta años. Es un camino, una parte del azar que te hace ser quien eres. Pero no existe una libertad de expresión que sea absoluta.

Con una pizca de provocación, lanza la frase "el derecho de ciscarse en Dios" en su alegato. Se convirtió en el título del libro. ¿Significa esto que al reclamar este derecho reconoce la existencia de Dios?

Richard Malka. He superado esta cuestión. A Dios no le debemos nada. Que exista o no, no es mi problema. Me es totalmente indiferente...

Usted dice ser un universalista...

Richard Malka. Mirar al otro con amabilidad da mucha satisfacción. Y como Cicerón, apelo a la inteligencia de la gente. Sólo hay que hablarle a la gente con sinceridad. A veces te reciben con reservas, prejuicios, miedos, pero cuando se debate no se está peleando. De hecho, la convivencia es de puro sentido común. Y si tengo un sueño, es el sueño de la evolución de la humanidad.

En su alegato durante el "juicio a Charlie", usted retomó una metáfora de Winston Churchill, la del cocodrilo que alimentamos y que, al final, nos devora... Una metáfora que usted retomó para evocar el islamismo y el terrorismo...

Richard Malka. El cocodrilo es siempre muy codicioso, está lejos de sentirse saciado. La solución es no alimentarlo. A sabiendas o sin saberlo...

Y en esto es usted despiadado. En el alegato del 4 de diciembre de 2020 enumera una serie de dirigentes políticos que mostraron todos ellos una "complicidad pasiva"...

Richard Malka. Hasta la fecha, no he sido objeto de ninguna querella por difamación. Respecto a todos los políticos que cito, simplemente informé de sus palabras. Y hoy en día, en estos temas de islamismo y terrorismo hay grandes problemas con las élites. Quizás porque no hemos conseguido transmitir del todo nuestros valores.

Un año después del "juicio a Charlie", usted muestra cierto optimismo por el futuro...

Richard Malka. Las resistencias son grandes. Pero la lucha no está perdida. Sí, intento ser optimista aunque no estemos lejos del borde del precipicio, y no haría falta casi nada para caer en él... 

----

Extractos:

"No podemos afirmar, como se ha sugerido en ocasiones durante la vista, que fue a causa de los bombardeos en Siria que se produjeron los atentados. No hay justificación para matar a personas inocentes. Sólo es la eterna guerra de la barbarie contra la civilización, y no existe una causa para esta guerra dentro de la civilización. No son nuestros dibujos los culpables. Es la barbarie..."

"La historia de las caricaturas: Mustapha es el mejor corrector que he tenido, y he tenido muchos. Cuando hablaba de la lengua francesa, se mostraba entusiasta, apasionado y sus ojos brillaban. "Su lengua era su patria", por citar a Camus, y podía hablar durante horas sobre la colocación de un punto y coma o la concordancia de los tiempos. Es importante la concordancia de los tiempos. No siempre se ha respetado escrupulosamente durante esta audiencia, pero a veces han surgido pequeñas burbujas de gracia y elegancia, como el 27 de octubre, cuando el principal acusado utilizó el imperfecto del subjuntivo: "Ustedes querrían respuestas que les satisficieran".

¿Quién utiliza en francés el imperfecto de subjuntivo? No es habitual. A Mustapha le habría gustado este momento, le habría dado esperanzas. Pero Mustapha está muerto.

Para él, como para los demás, la cuenta atrás comenzó en Ámsterdam el 2 de noviembre de 2004, en un callejón, con el asesinato de Theo van Gogh, sobrino nieto del pintor.

Theo van Gogh fue periodista, cineasta y animador. Hay que decir que no era una persona agradable. Había hecho comentarios odiosos sobre los judíos: "esas estrellas amarillas copulando en una cámara de gas". Le habían amenazado con procesarle y creo que la cosa no fue a más. Luego había hecho comentarios igualmente odiosos sobre Jesús, "el pez podrido de Nazaret". Hubo amenazas de acciones legales.

Y luego, en 2004, rodó Submission, con Ayaan Hirsi Ali, un documental que denunciaba la sumisión de las mujeres en el Islam. Esta vez no hubo denuncias, pero el 2 de noviembre de 2004 recibió ocho disparos en el cuerpo en una calle de Ámsterdam por parte de un joven islamista de tendencia takfirista de la que tanto hemos hablado durante este juicio.

Entonces el atacante se inclinó sobre su cuerpo y le rebanó la garganta. Casi lo decapita. Luego le clavó dos dagas en el pecho. En una de las dagas había una pequeña nota amenazando con matar a Ayaan Hirsi Ali -eso tiene sentido- y a los judíos -no sabemos por qué-.

Esta es la matriz de 2015. Este mismo cuerpo, este mismo crimen concentra las dos obsesiones de los islamistas: la libertad de expresión y los judíos.

El trauma en los Países Bajos sería considerable, y de hecho en todos los países del Norte. Para Ian Buruma, uno de los escritores holandeses más reconocidos, que le dedicó un libro, fue el fin de la Europa de la Ilustración, el regreso del fanatismo, de la religión, el fin de la secularización de Europa. Otro escritor, danés esta vez, Kåre Bluitgen, de extrema izquierda y, por tanto, poco sospechoso de "islamofobia", escribió un libro didáctico, en absoluto polémico, sobre la vida de Mahoma. Creía que el conocimiento es el mejor baluarte contra la violencia. Tal vez leyó este versículo del Corán y estas palabras del profeta Mahoma: "La tinta del erudito es más sagrada que la sangre del mártir".

Así que quiso escribir una especie de Corán ilustrado, como hay Biblias ilustradas y buscó un ilustrador. Pero no pudo encontrar uno. El único que aceptó exigió el anonimato. Todos se negaron, el miedo ya había ganado, las tijeras estaban en sus cabezas. Kåre Bluitgen protestó contra esta situación y escribió un artículo en el importante periódico danés de izquierdas Politiken, el 17 de septiembre de 2005, en el que denunciaba la autocensura cuando se trataba del Islam.

Flemming Rose, redactor jefe de la sección de cultura del Jyllands-Posten, periódico danés de centro-derecha, leyó el artículo. Y reaccionó con fuerza. El relato de Flemming Rose hace eco al testimonio de Fabrice Nicolino [periodista gravemente herido en el atentado de Charlie], quien denunció a los antiguos estalinistas convertidos en partidarios de los islamistas, porque cuando era más joven había sido corresponsal en la URSS para varias publicaciones y había visto los horrores producidos por la ausencia de libertad de expresión, había visto la pesadilla que era la sociedad del miedo.

Así que decidió no dejarlo estar y pidió al sindicato de dibujantes daneses que le enviaran esas dichosas caricaturas de Mahoma. La mayoría de ellas, totalmente inofensivas, se publicaron el 30 de septiembre de 2005 en el Jyllands-Posten.

A continuación, hubo una manifestación en Copenhague de unas tres mil personas. Lo cual es significativo, pero tampoco nada del otro jueves. Y luego, nada. Durante dos meses, en Dinamarca, nada de nada.

El 17 de octubre se publicaron las mismas caricaturas en el periódico Al-Fagr de Egipto, en pleno Ramadán. No hay reacción. Nada se mueve. Nadie reacciona. Durante dos meses, no pasó gran cosa. En realidad, este asunto sólo adquirió su verdadera magnitud, que lleva a nuestro 7 de enero de 2015, debido a una estafa. Y esta estafa fue cometida por imanes daneses de los Hermanos Musulmanes principalmente, con algunos salafistas.

En diciembre de 2005, estos imanes, enfadados con los malvados daneses islamófobos que impedían la aplicación de la sharía, recorren las capitales árabes para movilizar al mundo musulmán. Y para crear un estado de emoción, estuvieron reuniendo un dossier que incluía las caricaturas publicadas por el Jyllands-Posten. Pero saben que esto no será suficiente. Así que cargan las tintas.

Hemos recuperado el dossier distribuido por estos imanes daneses. Todo esto fue documentado, investigado, hubo muchos documentales y estos imanes, muy rápidamente, reconocieron el engaño. Pero ya era demasiado tarde, el mundo ya estaba en llamas.

Este es el dossier que se difundió: verán que contiene otras tres caricaturas. Dos proceden de un sitio web de histéricos: los supremacistas blancos americanos.

La primera es un dibujo infantil -las caricaturas danesas no eran muy buenas, pero no eran estos dibujos de niños-, que representa a una especie de demonio sosteniendo dos muñequitos, con la leyenda "el profeta pedófilo Mahoma".

La segunda es aún más escandalosa, pues muestra a un musulmán rezando y siendo sodomizado por un perro.

Por supuesto, estas dos caricaturas nunca fueron publicadas por el Jyllands-Posten, pues eran un puro engaño.

La tercera es aún más grotesca. Resulta que en Tulle, cada año, se organiza la fiesta del "grito del cerdo", y un día, a uno de los participantes le pareció divertido presentarse con un hocico y unas orejas de cerdo. Este acontecimiento no tiene nada que ver con el Islam y, sin embargo, se recogió esta foto con el siguiente pie de foto: "Este es el profeta Mahoma tal y como se lo representan en Occidente" y se incluyó en el dossier, y esto es lo que se hizo creer al mundo árabe.

El mundo ardió en llamas. Manifestaciones masivas, quema de banderas, declaraciones incendiarias, boicots, muertes, ataques a embajadas. Esta falsificación, basada en un engaño de unos estafadores religiosos, provocó la muerte de muchas personas, entre ellas la de Mustapha Ourrad. Esta falsificación sacó a la calle a decenas de miles de personas que no vieron publicadas las verdaderas caricaturas. 

¿Y acaso esto debería definir el perímetro de la libertad de expresión de todos los periódicos del mundo? ¿Y todos los periodistas de todos los países deberían someterse a ello? ¿Y somos nosotros los que hemos echado leña al fuego?

El problema es que la mitad de la clase política e intelectual ha estado diciendo estas cosas.

¿Pero quién echa leña al fuego? ¿Quién caricaturiza al Islam? ¿Nosotros o esos imanes daneses?

¿Quién blasfemó sino los Hermanos Musulmanes que inventaron, crearon y difundieron estas caricaturas?

Ellos son los blasfemos. Con lo que sí: "es duro ser amado por imbéciles", como decía Cabu de los fundamentalistas, pero aún es más triste ser utilizado por sinvergüenzas..."