"Ninguna patria digna de tal nombre expulsa a sus hijos: los juzga, los encierra y hasta los decapita. Pero no los expulsa. Que el Rey se haya prestado a esta formalidad antipatriótica es la novedad de estos últimos minutos españoles, tiempo estricto de la basura..." [...] "Mucho peor que el presunto fraude fiscal y el blanqueo de capitales de los que le acusa la rubia es el hecho de que haya aceptado cobardemente, y encima parapetado tras España (¡cómo si esa capa raída y lamparosa protegiera ya de algo!), la solución apestada propuesta por el agónico mainstream español. Hijo mío y Rey: yo solo saldré de España con los pies por delante. Así debió hablarle. Pero, en fin. La Monarquía es una genética". Borbones. Al final siempre mansean."
Leerlo todo aquí.
Y aquí versionando hoy al otro Rey, Gardel:
Adiós muchacho, compañero de mi vida,
Barra querida de aquellos tiempos.
Te toca a ti hoy emprender la retirada,
Debes alejarte de tu buena muchachada.
Adiós muchacho. Ya te vas y te resignas...
Contra el destino nadie la talla...
Se terminaron para ti todas las farras,
Tu cuerpo enfermo no resiste más...
Acuden a tu mente
Recuerdos de otros tiempos,
De los bellos momentos
Que antaño disfrutaste,
Cerquita de tu madre,
Santa viejita,
Y de tu noviecita
Que tanto idolatraste.
¿Te acuerdas que era hermosa,
Más linda que una diosa (operada)
Y que, ebrio de amor,
Le diste tu corazón?
Mas el señor, celoso
De sus encantos,
Hundiéndote en el llanto,
Te la llevó.
Es Dios el juez supremo.
No hay quien se le resista.
Ya estas acostumbrado
Su ley a respetar,
Pues tu vida deshizo
Con sus mandatos
Al robarte a tu madre
Y a tu novia también.
Dos lágrimas sinceras
Derramas en tu partida
Por la barra querida
Que nunca te olvidó.
Y al darte, amigo mío,
El adiós postrero,
Te doy con toda mi alma,
Mi maldición.
Adiós muchacho, compañero de mi vida,
Barra querida de aquellos tiempos.
Te toca a ti hoy emprender la retirada,
Debes alejarte de tu buena muchachada.
Adiós muchacho. Ya te vas y te resignas...
Contra el destino nadie la talla...
Se terminaron para ti todas las farras,
Tu cuerpo enfermo no resiste más...
Barra querida de aquellos tiempos.
Te toca a ti hoy emprender la retirada,
Debes alejarte de tu buena muchachada.
Adiós muchacho. Ya te vas y te resignas...
Contra el destino nadie la talla...
Se terminaron para ti todas las farras,
Tu cuerpo enfermo no resiste más...
Acuden a tu mente
Recuerdos de otros tiempos,
De los bellos momentos
Que antaño disfrutaste,
Cerquita de tu madre,
Santa viejita,
Y de tu noviecita
Que tanto idolatraste.
¿Te acuerdas que era hermosa,
Más linda que una diosa (operada)
Y que, ebrio de amor,
Le diste tu corazón?
Mas el señor, celoso
De sus encantos,
Hundiéndote en el llanto,
Te la llevó.
Es Dios el juez supremo.
No hay quien se le resista.
Ya estas acostumbrado
Su ley a respetar,
Pues tu vida deshizo
Con sus mandatos
Al robarte a tu madre
Y a tu novia también.
Dos lágrimas sinceras
Derramas en tu partida
Por la barra querida
Que nunca te olvidó.
Y al darte, amigo mío,
El adiós postrero,
Te doy con toda mi alma,
Mi maldición.
Adiós muchacho, compañero de mi vida,
Barra querida de aquellos tiempos.
Te toca a ti hoy emprender la retirada,
Debes alejarte de tu buena muchachada.
Adiós muchacho. Ya te vas y te resignas...
Contra el destino nadie la talla...
Se terminaron para ti todas las farras,
Tu cuerpo enfermo no resiste más...